El término Feng Shui surge de la combinación de dos ideogramas chinos que representan "Viento" y "Agua", dos conceptos que para las tradiciones de la antigüedad se relacionaban con el flujo y la circulación de la energía vital. Dado que el lenguaje chino es metafórico y poético, Viento y Agua se refieren a los flujos ascendentes y descendentes de la energía, y a sus encuentros a veces amables y pacíficos, a veces violentos y tensos. El desarrollo de la interacción de estas dos energías, como el Yin y el Yang presentes en la Medicina Tradicional China, da lugar a la Ciencia de la ubicación en el espacio, relacionada en Occidente con la Geobiología aunque aquella recoge matices más profundos y sutiles a la vez.
Ya en el tercer milenio a.C. los chinos descubrieron la existencia de una energía vital a la que denominaban Chi. Toda la materia existente, tanto animada como inanimada, está compuesta de esta energía universal invisible. El Chi o Qi toma nombres diferentes en diferentes culturas: prana, éter, fuerza de vida, etc. Esta energía tiene su movimiento que es el que se estudia en el Feng Shui.
El Feng Shui es una disciplina de origen oriental que permite reconocer, estimular y armonizar la energía ambiental para nuestro beneficio físico y emocional.
El hábitat humano debe amoldarse lo más posible a los dictados de la Madre Naturaleza. El Feng Shui pretende pues recrear en nuestras casas el balance y la armonía que reinan en la naturaleza.
La línea recta no se encuentra en la naturaleza, excepto en la cristalización de microcristales. Ni siquiera las líneas Hartman son rectas.
A un nivel más particular, el Feng Shui estudia el desplazamiento del Chi por la vivienda o el lugar que se habite. Es deseable que el Chi fluya libre de obstáculos por habitaciones y pasillos, y que no se estanque en rincones o zonas donde se acumulan demasiados muebles o trastos.
Los animales no han perdido, como nosotros, la conexión con su entorno. No es de extrañar que ningún animal salvaje muriera a consecuencia del pasado tsunami en Asia, pues presintieron el peligro y huyeron antes de que comenzara. Vivir en armonía con la naturaleza les permite elegir de forma natural los mejores sitios. Pero si confinamos los animales de granja en establos o cobertizos situados en zonas con geopatías pueden surgir enfermedades.
Sin embargo, algunos animales prefieren las zonas con geopatías, como el gato, las abejas (una colmena situada en un nudo Hartman produce más miel) y los insectos (algunas tribus africanas encuentran agua gracias a las hormigas, ya que sus sendas suelen seguir corrientes de agua subterránea).
A los gatos tampoco les afecta la radioactividad (gatos y cucarachas fueron los únicos supervivientes del accidente de Chernobyl).
Como consejo general, elegir los lugares preferidos por los perros y evitar los que frecuentan los gatos.
Es deseable sembrar o transplantar plantas y árboles en zonas neutras respecto a la red geomagnética. Sin embargo, algunos árboles prefieren las zonas alteradas telúricamente, siendo por ello aconsejable buscar radiestésicamente el lugar adecuado para cada especie.
Por otro lado, se ha observado repetidamente que los objetos inanimados también son afectados de algún modo por las emisiones telúricas. Se pueden producir fallos inexplicables en aparatos electrónicos -ordenadores, fotocopiadoras, televisores, maquinaria, etc- situados en zonas alteradas telúricamente, que vuelven a funcionar milagrosamente cuando se cambian de sitio.
Otro de los misterios sin resolver para los que la Geobiología ofrece una explicación son esos tramos de carretera en los que se producen numerosos accidentes, aunque el tramo no revista ninguna peligrosidad. Lo que sucede es que el conductor se distrae momentáneamente al entrar de forma repentina en una zona geopatógena.
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Cuando realizamos un estudio de Feng Shui, influimos principalmente en la energía que se desplaza en bandas horizontales. Pero para poder intervenir de modo eficaz en la energía proveniente del subsuelo, es necesario complementar el estudio de Feng Shui con la práctica del Geo-Qi o Geoacupuntura.
El Geo-Qi o Geoacupuntura es un sistema terapéutico, creado y desarrollado por José Manuel Chica Casasola, que permite reconocer la arquitectura energética de un lugar y sus meridianos, neutralizar las influencias del subsuelo que pueden provocar o agravar enfermedades -geopatías-, y estimular aquellos aspectos que más favorezcan o interesen a las personas que habitan o transcurren largos períodos de tiempo en dicho espacio.
Mediante este sistema terapéutico pueden realizarse diseños energéticos ambientales en lugares donde no es fácil hacer cambios en la distribución del mobiliario o en la decoración.
Por tanto, mediante la realización de un Estudio de Feng Shui y Geo-Qi, no sólo se interviene en los canales energéticos que forman el espacio, sino que también se influye de manera indirecta en los meridianos de acupuntura de las personas que los habitan o permanecen en ellos.
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